El 7 de noviembre por la mañana, la Oficina Meteorológica Local de Kōfu de la Agencia Meteorológica de Japón anunció que la nieve se había asentado en el monte Fuji, lo que supone un nuevo récord de llegada tardía al pico más alto de Japón.
Fuji, que consta de 3,776 metros, había estado sin nieve en noviembre por primera vez desde que se empezaron a llevar registros en 1894. Estos registros muestran que la primera nevada más temprana se produjo el 9 de agosto de 2008 y la más tardía el 26 de octubre, respectivamente en 1955 y 2016.
La decisión de anunciar la primera nevada del año se toma en cuenta la superficie de la montaña y ver la nieve en la cúspide, tal como se observó desde la Oficina Meteorológica Local de Kōfu en la prefectura de Yamanashi.
Incluso si se observa desde otras prefecturas, como la de Shizuoka, o las autoridades locales al pie de la montaña, no se considera oficial.
El día 6 de noviembre, algunos medios de comunicación enviaron helicópteros y compartieron fotografías e imágenes de nieve alrededor del pico, pero no hubo ningún anuncio por parte de Kōfu.

El monte Fuji no fue la única cumbre en la que se produjo este fenómeno. La primera nevada en el monte Asahidake (2,291 metros), la montaña más alta de Hokkaidō, se registró el 20 de octubre de este año, la última desde que se empezaron a llevar registros en 1888.
La cordillera de Tateyama (3,015 metros), en la prefectura de Toyama, vio su primera nevada el 8 de octubre de 2023, pero este año aún no ha caído nieve. Desde que se empezaron a llevar registros en 1939, la primera nevada solo ha caído dos veces en noviembre: el 2 de noviembre en 2016 y el 9 de noviembre en 1977.
Mientras tanto, la cordillera de Hakkōda (1,584 metros) en la prefectura de Aomori registró su primera nevada el 20 de octubre, un día más tarde que la media y un día antes que en 2023.
Como parte de las condiciones meteorológicas cambiantes, la nubosidad puede provocar que se registren con retraso las nevadas que no se pueden ver desde los observatorios, lo que dificulta señalar el calentamiento global como causa definitiva de la llegada tardía de la primera nevada de la temporada.
Sin embargo, el registro muestra claramente que las primeras nevadas de 2023 y 2024 se produjeron considerablemente más tarde en comparación con el año 2000.
